24.11.05

no le tengas miedo.

Qué hago, qué siento si el que me enseño a nunca cerrar los ojos, a no estar tranquila, a simplemente sobrevivir, me dice No le tengas miedo a la vida, Paloma.
Demasiado tarde, comandante, me lo dice demasiado tarde. Ya infertil la tierra, las fracturas expuestas, ya los niños sin patio, todo ya, todo sucedido. Con varios soles encima, demasiada evidencia y tumbas esperando.
Bebe de la taza, me mira buscándose. Sabe que no importa cuánto lo desee, no podré negarle. Mi consuelo es que quizá sepa que sus palabras son inútiles, brochazos de agua, balas de salva.
Aunque tiene razón, llevo su sangre: estoy condenada. Es por eso, temo porque la parte suya me lacera, me destruye dentro. Me da miedo la vida porque me hizo verla sencilla, como es: un tiroteo donde algunos hombres se matan a quemarropa. El suspiro último de toda una colección de cadáveres, donde de pronto, uno que otro resucita.

bodies