30.11.05

*

I first heard loss on a record
I no longer own.

- Graham Foust.
Desperté y estaba sola.
Vi lo de todos los días: el buró, el clóset, un espejo. Me vi, como todos los días: me parezco al buró, al clóset, al espejo.

24.11.05

el mejor consejo.

Mira, si viene el [aquí su nombre] te agarras los ovarios y te portas bien perra, porque no siempre se tienen [aquí mi edad] años.

Si no haces eso, no me hables.

no le tengas miedo.

Qué hago, qué siento si el que me enseño a nunca cerrar los ojos, a no estar tranquila, a simplemente sobrevivir, me dice No le tengas miedo a la vida, Paloma.
Demasiado tarde, comandante, me lo dice demasiado tarde. Ya infertil la tierra, las fracturas expuestas, ya los niños sin patio, todo ya, todo sucedido. Con varios soles encima, demasiada evidencia y tumbas esperando.
Bebe de la taza, me mira buscándose. Sabe que no importa cuánto lo desee, no podré negarle. Mi consuelo es que quizá sepa que sus palabras son inútiles, brochazos de agua, balas de salva.
Aunque tiene razón, llevo su sangre: estoy condenada. Es por eso, temo porque la parte suya me lacera, me destruye dentro. Me da miedo la vida porque me hizo verla sencilla, como es: un tiroteo donde algunos hombres se matan a quemarropa. El suspiro último de toda una colección de cadáveres, donde de pronto, uno que otro resucita.

23.11.05

Distancia justa.

En el amor, y en el boxeo
todo es cuestión de distancia
Si te acercas demasiado me excito
me asusto
me obnubilo digo tonterías
me echo a temblar
pero si estás lejos
sufro entristezco
me desvelo
y escribo poemas.


- Cristina Peri Rossi"Otra vez eros" 1994
La ventana donde se abandona el aliento para escribir o dibujar un bobo corazón
el parabrisas cuando volvías de carretera a las cinco de la mañana
el tarro en que te sirven una cerveza bien helada
los vidrios del carro que guardaba dos cuerpos y un eclipse
tus ojos conteniendo el llanto
"...y sólo el ayer está perdido y solo"

Eso pienso cuando veo que afuera está nublado.

21.11.05

nosotros

Los secretos jamás han existido. Sólo estamos nosotros, los estúpidos que creemos en el silencio.

19.11.05

Fuck You Poem # 45/ by Amy Gerstler

Fuck you in slang and conventional English.
Fuck you in lost and neglected lingoes.
Fuck you hungry and sated; faded, pock marked and defaced.
Fuck you with orange rind, fennel and anchovy paste.
Fuck you with rosemary and thyme, and fried green olives on the side.
Fuck you humidly and icily.
Fuck you farsightedly and blindly.
Fuck you nude and draped in stolen finery.

Fuck you while cells divide wildly and birds trill.
Thank you for barring me from his bedside while he was ill.
Fuck you puce and chartreuse.
Fuck you postmodern and prehistoric.
Fuck you under the influence of opium, codeine, laudanum and paregoric.
Fuck every real and imagined country you fancied yourself princess of.
Fuck you on feast days and fast days, below and above.
Fuck you sleepless and shaking for nineteen nights running.
Fuck you ugly and fuck you stunning.

Fuck you shipwrecked on the barren island of your bed.
Fuck you marching in lockstep in the ranks of the dead.
Fuck you at low and high tide.
And fuck you astride
anyone who has the bad luck to fuck you, in dank hallways,
bathrooms, or kitchens.
Fuck you in gasps and whispered benedictions.

And fuck these curses, however heartfelt and true,
that bind me, till I forgive you, to you.

Estimado comandante:

Pienso que debería desaparecer, de una vez por todas: irse de nosotras. Aquí nadie le necesita ni espera nada de usted. No importa las veces que se disculpe, menos que cambie. Todo usted ha perdido validez. Ahondó tanto, comandante, que ya no nos conocemos dentro. Y lo que vemos en el pecho y en las manos son las balas, los roces e insiciones que hizo.
Llega, corta cartucho y apunta a la línea de fusilamiento. Vemos la escuadra, mientras, me pregunto cuántos tiros faltan para que llegue al sitio intacto, y yo no me pueda volver a levantar.

17.11.05

Preguntas dos veces para estar seguro. Hay tiempos en que no quiero hablar. Pongo mi cabeza sobre tu hombro, mi oído sobre tu hombro, lo que pienso, lo que siento sobre tu hombro. Te mueves, y me doy cuenta del peso que esto pudo haber tenido. Pero tu mano, que ahora descansa sobre mi cabello, me dice que es inevitable. Hay tiempos en que no quiero hablar, porque estar a tu lado no deja espacio suficiente.
Yo a lo que le tenía miedo era al capullo que hacías mientras me abrazabas. Le tenía miedo, pero me encantaba.

15.11.05

No fue el dolor de cabeza, tampoco el de espalda. Lo de hoy fue, más bien, ese rasguñito que siento en el pecho cuando algo me pone triste.

14.11.05

Lees: Eau de parfum/ for her.




Y piensas que, no en un frasco sino en tu cuello, en tus dedos, puede leerse: Eau de parfum/ of her.

eso era.

Pero en ese momento, en éste, eso era el deseo: una niña que toma la verdad de mis labios, levanta una televisión en sus brazos libres de sarna y de cansancio, y avanza hacia la oscuridad sonriendo.
Y yo la sigo.

- De Maruca, Óscar A. Luviano.

13.11.05

Cuándo

Nos sentamos: yo a lado del zinc, tú frente a la mesa. Doblas varias veces una servilleta, tu mirada no se aparta de ella. Cuando ya la has vuelto lo más pequeña que puedes, encuentras mis ojos.

- ¿Cuándo vamos a estar tranquilas?
- Nunca, deberías hacerte a la idea.
A llorar cuando vemos un durazno. A esto hemos llegado.

12.11.05

La única.

Sí, eso quiero. Que la beses, que le arranques la blusa, que tu lengua suba y se mueva sobre toda su piel, que estando tan cerca ni siquiera la recuerdes y menos, mucho menos que pienses en mí. Ni un segundo. Yo ya no existo, Samuel, yo no estoy en ti. Ella, la de blusa café y ojos almendrados, la mujer que has conocido esta misma noche, a quien estás desnudando como si ella misma fuera la palabra deseo, a la que viste y tus pupilas se dilataron, a la que ahora veo desde la ventana atarte con sus piernas. Haz que sea ella la única aquí.
Me encanta verte al borde de la cama, asimilando que estás despierta. Abro los ojos, mis pies cuelgan a unos centímetros de la alfombra y escucho tu voz diciendo eso, una, y otra, y otra vez. Volteo atrás, una almohada que jamás he usado y permanece porque en ella tu olor se guarda, pero no hay nadie. Esta habitación no es más que un eco de ti.

11.11.05

Hazme creer que no lo sabes, hazme pensar que estás lo suficientemente alejado como para perderte. No dejes rastro.
Aquí nos saludamos con una pregunta: ahora qué pasa.
El cristal de esta ventana no muestra el exterior: colecciona telarañas.
El dolor de ti ya no sabe a lo mismo.
Mirar la casa, que el reflejo en mis ojos me espante y te busque en un incendio: desde que apareciste fuiste prisa y perilla intocable, pared caída, ceniza.
Pararme en el marco de la puerta porque estoy esperando un temblor. El último. El definitivo.
El frío es la ausencia de calor. Puedes irte o quedarte (solamente) un rato: el frío también quema.

10.11.05

La relación entre música y poesía siempre ha pertenecido al ámbito de los sueños. Finalmente, continúa siendo un misterio y, quizá, sea mejor así.
Creo que esta relación tan intensa ilustra la manera en la que dos disciplinas artísticas descubren y exploran sus mutuos misterios. Ezra Pound solía decir que cuando deseaba aprender más sobre poesía, escuchaba a Stravinski.

- Fragmento de "Diálogo entre música y poesía", por Mario Lavista.

6.11.05

A guy needs somebody...

Crooks said gently, "Maybe you can see now. You got George. You know he's goin' to come back. S'pose you didn't have nobody. S'pose you couldn't go into the bunk house and play rummy 'cause you was black. How'd you like that? S'pose you had to sit out here an' read books. Sure you could play horseshoes till it got dark, but then you got to read books. Books ain't no good. A guy needs somebody --to be near him." He whined, "A guy goes nuts if he ain't got nobody. Don't make no difference who the guy is, long's he's with you. I tell ya," he cried, "I tell ya a guy gets too lonely an' he gets sick."

- Of mice and man, Steinbeck.

5.11.05

otra cosa.

Entre la colcha, un libro y ropa doblada, escucho tu voz y los ojos se me vuelven peceras desbordando agua. Dices que no me escuchas, que un camión va pasando, que allá está magnífico y quisieras que estuviera yo, que te cuente lo que he hecho. Lloro más. No sé por qué lo hago.
Podría justificarlo diciendo que te extraño, que no hay nadie en casa, que desde hace días me siento en una esquina de soledades amontonadas, que acá nos está yendo mal; que sí, que por primera vez me gustaría que vieras cómo me quiebro. Podría justificarlo diciendo que las serpientes no tienen obstáculos, que ayer me senté en los escalones de un teatro esperando algo, alguien. Podría decirte que me siento como los cristales que quedan después de un choque. Podría decirte qué golpes da la vida, qué horrible el destierro, que siento que el abrazo de quien sea bastará para caer. Pero no es eso, es otra cosa. Entonces dejo que hables, respondo a medias tus preguntas, te escucho, me mandas un abrazo. Es esto que hago siempre, con todas las cosas: colgar y quedarme en la cama, acariciando sobras.

my hands are my heart, gabriel orozco.

toco

tu brazo, cuerda que sostiene mi otra mano
el borde de tu oreja, luna acribillada
tu camisa árida sin dunas
tu espalda, repisa de madera mojada, resistente pero gastada
tu pecho un poco hundido, cuenco que no puede con tanto mar
tus uñas no cortadas desde hace una semana
tus mejillas, el trabajo que te cuesta sonreír en estos casos

te toco
y siento lo que no te atreves a decir
y tiemblo
mis manos siempre han sido mi corazón

4.11.05

Enmedio lo que decimos, el tumulto que es el mundo, cables, asientos vacíos, luz apagándose. Te ríes. Y haces todo eso a un lado.
el rocío esparcido sobre el pasto: los restos de un galope de vidrio


- De Corona de daturas, Amelia Vértiz.

3.11.05

Puede.

Pasó, supimos. Después de tanto ensayo la vemos de frente, y seguimos sin saber bien cómo es.
Una fotografía análoga, la bolsa de té colgando, gafas, aliento, peldaños, vino; en un parpadeo todo se vuelve suyo. Todo en mí, todo en ellos, todo eso, sólo suyo. Camaleonica, moldeable: puede ser tan chica hasta caber en un sobre, o tan grande como para romperle el corazón a una hermana.

2.11.05

No-jueves.

Será así porque el día solo generalmente es horrendo. Pero mañana no:

A las seis, en la casa de la cultura, Omar Pimienta hablará (no sabemos de qué tanto además) del colectivo clicka photo. Justo después de la charla, a las siete, se inaugura la exposición de la misma clicka.

Aquí un "vayan", "asistan", "están invitados"; tengan un no-jueves.

1.11.05

Resulta hasta gracioso cómo nuestras vidas se reducen, en este caso, a un sobre manila. Y es extraño, muy extraño, que la curiosidad y el morbo no puedan. Ninguna parte de nosotros se atreve a abrirlo. Nadie quiere saber.
Lo dejamos en el sillón: huesped no deseado, imprudente. Le dijimos que ibamos a tomar un vaso de agua, que no nos tardábamos nada, que teníamos que subir por algo. Y él se quedó ahí: silencioso, estático, paciente.
Lo miramos. Las tres mujeres, tras un semblante inquebrantable, estamos despavoridas.

bodies