29.4.05

Vueltas, luz, vueltas, velos, vueltas, años, vueltas, sed, vueltas, miedo, vueltas... y poco a poco tus pies no se mueven con la misma rapidez, mis manos te sueltan, dejamos el círculo: tú y yo dejando de girar. Tan sólo un momento. Para comprender.

25.4.05

cita

No me verás. Son demasiados pasos y has dejado tus lentes: no vendrás. La silla frente a mí seguirá vacía, no sentirá tu cuerpo exahusto ni esa maravillosa pesadumbre que llevas en los ojos.
Pero yo te veo: la piel erizada por el frío del aire acondicionado, su blanco confundiéndose con el de tu blusa. Casi tiemblas. Te echas encima un suéter y de la bolsa sacas la cajita de tylenol: una pastilla que me recuerda al diseño del nuevo disco de Placebo.
Caminando a dos metros un tipo te sonríe, como es de esperarse lo ignoras y tu vista regresa al chai caliente que ordenaste. Tus piernas cruzadas e inquietas, la derecha encima, el pie hace círculos. Los labios se te ven tan duros, como si hace años no sonrieras ni besaras, como si lo dulce de tu labial de fresa no estuviera.
Sacas una pluma, tomas la servilleta. Esperas los cinco minutos y no se tocan. Pagas la cuenta, te vas triste e indignada. Me siento igual que tú: otro martes y no me has visto.

23.4.05

Todo empieza en realidad por querer saber.
El mal siempre empieza por querer saber. Más.
- CRG
Sabías que no había más y lo buscaste. Dejaste que abrieran la puerta, esa que rechina como pidiendo que no vuelvas a hacerlo.
Ahora te dices que no lo harás de nuevo, jamás, pero sabes que estás mintiendo.

22.4.05

lo que se piensa en una mañana enferma

Tiempo: dulce sacrilegio.
Nos miramos, cada quien en su galería, dentro de una caja de cristal. Sonriendo.
Ahora todos escribimos porque nadie escucha, dicen que no hay horas.

¿Qué haré cuando se desvanezca tu sombra?
¿Qué harás cuando te me olvides?

La migraña volvió el día en que te fuiste. El café nunca supo tan amargo. Mi sueño se volvió un callejón apretado.
Estamos yo y esto: esto que desconozco pero invade. Una plaga absurda que tensa los músculos y baja mis defensas. El entorpecimiento de siempre incrementa, ya no sé si son pareja o uno solo. Había estado dormido y quiero creer que tú no lo despertaste. Quiero seguir pensando que aun no llegas.

20.4.05

rojo

Todos estos días se han sentido como jueves: con desgane, una antesala, un cansancio notable que no podemos permitir nos posea.
Los párpados se cierran con una facilidad que da miedo, la destreza para hacer lo que se sabe va opacándose discreta, lentamente.
Porque los jueves uno se fija más, se ve: se odia más. Las costras se quitan con los dedos secos y uno ve que ya no hay más rojo, recuerda que el corazón no volverá a ponerse del mismo tono.
Y extraña.

17.4.05

a-penas*

Empieza bien
y no hay retorno a aquel furor
se rompe la canción
apenas duele.

-Engaña, Cerati.


Todo es para el aire pero queremos escoger(le), para probar que no debemos estar solos.

15.4.05

herencia*

No es que haya una similitud, pero existe una herencia.

- S. A.

12.4.05

tejiendo

Estambre entre mis manos, extendiéndose mientras camino. Que no me envuelve como antes hacían los listones: ahora viene conmigo, lo tocan mis dedos, pero no es tan parte de mi cuerpo.
C
a
e
al dar vuelta en la esquina, bajo el árbol, sobre libros. Un rojo traduciéndose esbelto, trazando un camino por el que puede regresemos.
Ya no me veía única en la calle, como siempre que sueño: ayer me perseguía el estambre rojo, aunque tal vez era yo sola, tejiendo un embeleco.

11.4.05

solamente

Como abrir de nuevo los pliegues y cortar de tajo el pulso. Saber que uno es el mismo que se pierde y se encuentra, solamente, en el delirio.

9.4.05

deslindar*

Si pudiera deslindar lo que busca cuando escribe de lo que busca cuando sueña de lo que busca cuando abraza.

- Fragmento de En breve cárcel, Sylvia Molloy.

6.4.05

ella: la franja que divide el antes del después.

5.4.05

Me quiebras.

Haces que quiera ser cierta.

días: batallas

El tiempo y yo tenemos una batalla: todo sucede en el momento equivocado.


Dos pastillas para dormir y un recuerdo del mundo me hace despertar.


Antier pude dormir de corrido y soñé que mamá, con un cuchillo, me abría los brazos y el abdomen por la parte donde terminan las costillas. La sangre invadía el cuerpo, pero yo estaba tranquila, dentro del sueño pude descansar.


Cuando todo es silencio, de repente, suena el segundero: cómo lo odio.


Ayer me acordé de cuánto me gusta cuando dicen se fue la luz.


Y los demonios nunca se acaban.

4.4.05

Estaba sacando lo que tenía en mi cartera y lo encontré, en un trozo diminuto de papel: Con los ojos cerrados y el corazón abierto.

3.4.05

Room 223

Dos de la mañana en Los Angeles, un sábado. Hoteles llenos y un frío que sólo ahí, a esas horas, es concebible. Cincuenta kilómetros más, finalmente hay vacantes en un motel... de paso.
El del lobby me ve raro, a lo mejor porque voy solo, pero después me mira como diciendo Ah, lo va alcanzar en el cuarto. Me avienta las llaves: Room 223, on the second floor; have a great night. Me guiña el ojo e hizo enfasis en el great no sé si por coquetearme o porque imaginó que existía cierta complicidad.
¿Será dos o será tres? El número en la llave no se distingue bien... bueno, ha de ser tres, eso dijo el vato.
Muevo el carro para que esté cerca de la habitación, los párpados comienzan a pesar. Entro, se ve limpio. Me quito los tennis, el pantalón y la camisa. La cama me recibe como si fueran unos brazos que me extrañan y yo, no quiero soltarlos.

Pasillo:
- I'm a piece of shit?! You are a fucking whore, what did you expect? That some bloody saint would pick you up from that corner?


222
Oh, ooooh, oo-oo-ooooh, mmmm. ¡Aaaah!


224
- Saúl, súbele a la tele, la del cuarto de enseguida está teniendo un orgasmo; tú no puedes ni con la mitad de eso y ya me está dando corage escuchar a la vieja.

No puedo dormir con todo esto. A una cuadra está un 7-Eleven, me visto y voy a comprar cigarros. Me fumo la cajetilla sentado en la banqueta.
Ya está amaneciendo, mejor voy a regresar la llave, tengo que llegar temprano a San Francisco. Le entrego la llave al mismo vato, a lo que le sigue nuestro corto diálogo:

- There you go, thanks a lot.
- 222, she gave you a hard time, hu? I heard you guys, first you had a hard time but then... you know what happened next.
- Yeah, i know. (ajá... i wish i knew)
- The ones that do that are the best, where did you pick her up?
- I have to go now, see you.

Me dieron ganas de tocarle al del 222, capaz que descanso después de estar con una así, pero no, ya tengo que irme. Prendo el carro y la radio. Las cortinas se abren y el cielo se ve como un gajo de naranja. Yo conozco esa canción... ¡Claro! I touch myself.

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