2.7.05

La palma de la mano ya no condena, apenas se recuerda el dolor de espalda, las uñas se clavan: resistencia. Palabras certeras. Aquí, siempre, aquí. Stay.

Allá los muertos nos ven a pesar de escondites: saben nuestros nombres, son amigos del abuelo y los tíos y las primas. Alguien les dio las llaves de casa y nos llevan de a poco en las madrugadas. Los abanicos hacen y deshacen el tiempo: un soplo, un corte.

Creí que el norte seguía siéndolo pero el mundo se ha puesto de cabeza: una excusa para verlo distinto.

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