22.8.04

Lados.

En mi sueño, A. sentado en una banca a un costado mío, me decía:
- Si tienes dos lados, ¿por qué no te buscas un poquito el lado bueno para que me agrades más de lo que ya me agradas?

Pero A. busca encontrar, yo sólo busco.
A. trata de ser gentil; yo soy géntil cuando quiero serlo, cuando en verdad quiero serlo.
A. es parte de, yo estoy a medias en casi todo.
A. no puede estar sin hacer nada, no le gustan los silencios prolongados; yo amo los productos del ocio y las palabras flotantes, esas que nunca pronunciamos.
A. es sincero, yo soy soberbia.
A. es un niño atrapado en el cuerpo de un hombre, siempre queriendo divertirse, compartiendo su leve sonrisa con cada persona, sin cansarse de estar, aparentemente. Yo soy una anciana con fisionomía joven, una puerta desvencijada, agotada a veces de mí misma, sonriendo quizá poco pero desde dentro, imaginando, huyendo.
A. y yo somos tan distintos que todavía no puedo explicarme por qué en el sueño dijo eso.



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