13.7.11

maría me invita a escalar cerros con ella y su perra Viva a las seis am. caminamos charlando durante tres horas que parecen un minuto. el aire se siente distinto. maría me hace pensar, preguntarme mucho, pero también entiende, me entiende, hay una complicidad en nuestras maneras de ver la vida y de reírnos de ella, porque nunca ha sido para tanto.
 mija, todos me dicen que si cómo puede ser que esté sola, si no me da miedo que me maten, que me violen, y luego están los otros que además de esa paranoia quieren meterte la idea de que el mundo se va a acabar, como los testigos jehova o los mormones. sabes qué les decía mi amá cuando llegaban a la casa con eso de que estábamos en los últimos días? ella les contestaba: "y tú que te andas creyendo esos cuentos, muchacho, el mundo se va a acabar cuando a mí me lleve la chingada." no te parece sabiduría eso, paloma?


después de las caminatas, los desayunos, las charlas prolongadas con té, maría me despide al cuarto día porque la vida real no me deja. abre la puerta, me da un abrazo, mientras dice don´t believe anything i say, sigue tus sueños o tus locuras, porque cada quien trae su propia canción dentro.

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