18.8.06

Lo que viene.

Mamá está decidida. Y una ve las bailarinas rotas de nuevo, hombres cargando muebles, adióses por todos lados. Escucha: con cuidado por favor, no sabe cuánto costó eso, el último cerrar de la puerta, las llaves chocando unas con otras. El abrazo de los amigos en tierra firme, la exageración de las palabras. Y de algún modo, la partida no me suena a terrible, a dejar el hogar, no me suena tampoco a volver al hogar... parece más bien una nueva diáspora: me suena a inevitable.
Mamá se acomoda en el sofá, supongo que imagina una nueva vida, quizá más conveniente, algo tranquila. Yo me pregunto cuántas formas de irse habrá.

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