3.1.06

Todos le creyeron.

Dijo que antes de escuchar el sonido y que el doctor se acercara, la vio desprenderse. No quiso quedarse al funeral, dio la excusa de la escuela y los proyectos.
El miércoles que volvió de Tecate, a dos días de haberse convertido en ingeniero, el tío Neto se sentó sobre la banqueta, mirando a través de la ventana, enfocando el sillón donde solía esperarlo ella. El abuelo cuenta que fue la única vez que su hijo lloró después de la tragedia; lo hizo durante horas. Volvió a ver el sillón, después de eso se tranquilizó de súbito, sonrió discreto, le dijo al abuelo que ya estaba bien, que no pasaba nada y lo disculpara. Todos pensaron que había comprendido eso de que la vida sigue y el tiempo de dios es justo, que uno se queda o se va por algo, para algo. Todos le creyeron. Menos él.

bodies