29.4.10

- Lo terrible no son los kilómetros, las interferencias, perder composturas, hacerme menos el interesante, llorarte "borracho como se debe llorar para que sea genuino". No es ver a los tuyos, pensar, preguntar por ti. Que no, te digo que no. Eso de empezar a fumar la misma marca, de ver ocho veces la película que dijiste, acordarme de cómo agarras la cerveza cuando la chica pide una bohemia... y eso que ¿cuántas veces te he visto? Luego mirar al suelo cuando alguien pronuncia tu nombre. No es nada de eso.
Lo terrible es que existes, no importa dónde. Y que yo lo sé. Ese es todo el problema.






no estamos hechos para cruzar las calles de esta ciudad tomados de las manos
Francisco Villarreal

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