24.6.07

De jueves a domingo.

Jueves.
When will we get the time to be just friends, me dijo la Amy.

Viernes.
El día en fast-forward, no me baño, escribir nombres gringos en tarjetitas, oficina, terminar de traducir, calles derretidas, no como, empaco papeles nomás papeles, autobus a las 6 bajo de él a medianoche, cruzo, doy mi nombre y en mis manos la llave de la habitación. Entro y siento i will have this life reading in busses working without almost talking WITH anyone walking through the night sleeping alone in hotels.

Sábado.
Arena, un sol que no quema y mucho mar. 13 personas peleando al mismo tiempo en dos idiomas distintos sin comprenderse, todo al mismo tiempo, pienso, this is my actual life. No puedo escuchar bien, hago lo que puedo. Mr W de setentayalgo me coquetea cuando se distrae su Mrs y yo le sonrío, this is bussiness. Las luchas se acaban, me quito mi disfraz de pro, mis tennis y mis jeans viejitos al fin, ahí voy de regreso al infierno.
Llamadas, chismes, saco la botella de vino y me largo con 60 pesos en el bolsillo, me gusta manejar de noche. Cambio de ruta, vamos a la casa noventera de los modernos, la casa de la que nadie sale sobrio y en la que todos bailan y confiesan. Me vale pito su corazón, escuché. De ahí al bar que poco a poco se convierte en el de siempre, y luego al otro y luego de vuelta, hasta que debe darse la retirada. Al final llego a casa, a la casa que nunca me ha gustado, la que fue desconocida después extraña después abandonada después sólo pequeña.

Domingo.
Es la 1.25 y cruda escucho a Aimee Mann. Este será un día triste.

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