25.3.07
21.3.07
Cada que me siento en la banqueta es a esperar, me escribió un amigo hace un par de años. No sé qué haya pasado con él desde entonces. Seguramente algo distinto a lo que cazaba sentado en aquella banqueta. A lo que pensaba mientras. No sé.
Puede que hayan sido las luces
el sonido del tráfico
los zapatos que reflejan un rostro
la cercanía del suelo
mirar el tumulto desde abajo
Por algo habrá escogido ese lugar. O quizá el lugar lo escogió a él.
Ruido. Me he sumado al ruido, que no murmullo.
Soy parte de las luces
del tráfico
mis zapatos reflejan mi rostro
acecho desconociendo lo que
Dentro, me miro a mí en el tumulto. Por algo habré escogido esto.
Por algo en el vaivén violento de las sirenas
el parpadeo de los semáforos
el trabajo
el retrazo de la partida
la moneda en la mano del tragafuego
espero todo de esta espera
Puede que hayan sido las luces
el sonido del tráfico
los zapatos que reflejan un rostro
la cercanía del suelo
mirar el tumulto desde abajo
Por algo habrá escogido ese lugar. O quizá el lugar lo escogió a él.
Ruido. Me he sumado al ruido, que no murmullo.
Soy parte de las luces
del tráfico
mis zapatos reflejan mi rostro
acecho desconociendo lo que
Dentro, me miro a mí en el tumulto. Por algo habré escogido esto.
Por algo en el vaivén violento de las sirenas
el parpadeo de los semáforos
el trabajo
el retrazo de la partida
la moneda en la mano del tragafuego
espero todo de esta espera
14.3.07
12.3.07
11.3.07
...después oí el ruido de los ronquidos, los murmullos apenas audibles de los que aún estaban despiertos y conversaban en la oscuridad en lengua gio o mano, en lengua mandinga o krahn, en inglés, en español.
Todas las lenguas, entonces, me parecieron aborrecibles.
Decirlo ahora, lo sé, es un despropósito. Todas las lenguas, todos los murmullos sólo una forma vicaria de preservar durante un tiempo azaroso nuestra identidad. En fin, la verdad es que no sé por qué me parecieron aborrecibles, tal vez porque de forma absurda estaba perdido en alguna parte de aquellas dos habitaciones tan largas, porque estaba perdido en una región que no conocía, en un país que no conocía, en un continente que no conocía, en un planeta alargado y extraño, o tal vez porque sabía que debía dormir y no podía. Y entonces tanteé en busca de la pared y me senté en el suelo y abrí los ojos desmesuradamente tratando de ver algo, sin conseguirlo, y luego me ovillé en el suelo y cerré los ojos y rogué a Dios (en el que no creo) que no me fuera a enfermar, que mañana me esperaba una larga caminata, y después me quedé dormido.
-Roberto Bolaño, fragmento de Los detectives salvajes.
Todas las lenguas, entonces, me parecieron aborrecibles.
Decirlo ahora, lo sé, es un despropósito. Todas las lenguas, todos los murmullos sólo una forma vicaria de preservar durante un tiempo azaroso nuestra identidad. En fin, la verdad es que no sé por qué me parecieron aborrecibles, tal vez porque de forma absurda estaba perdido en alguna parte de aquellas dos habitaciones tan largas, porque estaba perdido en una región que no conocía, en un país que no conocía, en un continente que no conocía, en un planeta alargado y extraño, o tal vez porque sabía que debía dormir y no podía. Y entonces tanteé en busca de la pared y me senté en el suelo y abrí los ojos desmesuradamente tratando de ver algo, sin conseguirlo, y luego me ovillé en el suelo y cerré los ojos y rogué a Dios (en el que no creo) que no me fuera a enfermar, que mañana me esperaba una larga caminata, y después me quedé dormido.
-Roberto Bolaño, fragmento de Los detectives salvajes.
9.3.07
El post que nadie me va a creer
(respondiendo al de la p)
Probablemente, sin tener las pruebas en mano, nadie me creería que en sus fotos y mis fotos de infancia parecemos hermanas. Que la conocí en un auditorio con decoración insípida (si es que se le puede llamar decoración) mientras me preguntaba por qué había decidido entrar ahí. Llegó en medio de la pregunta, ella siempre se abre paso.
Muchísimo menos me creerían que la primera borrachera descomunal la compartimos en ciudades distintas pero al mismo tiempo. Que a la mañana siguiente entre las idas al baño y recostarse temblorosa, las dos nos confesamos a larga distancia dicho acontecimiento.
La P me ha dado asilo político, me ha dicho "no te hagas pendeja" cuando nadie más se atreve pero seguro lo piensa, se ha quedado conmigo en el hospital (aunque también le conviene a la doc, es material de estudio, ella como niña en un toys r'us), hemos sido complices y testigos de las cursilerías, tontadas, fracasos y tragedias a veces cotidianas, a veces inigualables de cada una. Le digo que es un partidazo, me pregunta por qué y no quiero contestarle, capaz y se vuela.
Ayer pensaba en el miedo que me da ponerme vieja, llegar a los 60-70, y le dije "¿Si llego a vieja me vas visitar?", ella dijo que sí. No me lo imagino porque no puedo.
Pero lo creo, aunque ustedes no me creerían si les dijera.
Probablemente, sin tener las pruebas en mano, nadie me creería que en sus fotos y mis fotos de infancia parecemos hermanas. Que la conocí en un auditorio con decoración insípida (si es que se le puede llamar decoración) mientras me preguntaba por qué había decidido entrar ahí. Llegó en medio de la pregunta, ella siempre se abre paso.
Muchísimo menos me creerían que la primera borrachera descomunal la compartimos en ciudades distintas pero al mismo tiempo. Que a la mañana siguiente entre las idas al baño y recostarse temblorosa, las dos nos confesamos a larga distancia dicho acontecimiento.
La P me ha dado asilo político, me ha dicho "no te hagas pendeja" cuando nadie más se atreve pero seguro lo piensa, se ha quedado conmigo en el hospital (aunque también le conviene a la doc, es material de estudio, ella como niña en un toys r'us), hemos sido complices y testigos de las cursilerías, tontadas, fracasos y tragedias a veces cotidianas, a veces inigualables de cada una. Le digo que es un partidazo, me pregunta por qué y no quiero contestarle, capaz y se vuela.
Ayer pensaba en el miedo que me da ponerme vieja, llegar a los 60-70, y le dije "¿Si llego a vieja me vas visitar?", ella dijo que sí. No me lo imagino porque no puedo.
Pero lo creo, aunque ustedes no me creerían si les dijera.
Don't be that stupid
No se emborrachen con vino un jueves por la noche si:
Al día siguiente tienen que llevar a la hermana a las 6am, ir a clase de francés a las 7am, entrar al trabajo de 9am a 2pm.
Y menos, mucho menos, si su estómago está sensible.
(Soy un zombie en tacones)
Al día siguiente tienen que llevar a la hermana a las 6am, ir a clase de francés a las 7am, entrar al trabajo de 9am a 2pm.
Y menos, mucho menos, si su estómago está sensible.
(Soy un zombie en tacones)
7.3.07
6.3.07
1.3.07
Caminaba sobre la duela de una casa azul aqua. En ella dos niñas. Pasé umbrales hasta llegar a un jardín interior. Ahí una serpiente se estiró desde el suelo para enredarse con toda mesura en mi brazo, su cabeza en la palma de mi mano. Yo la miraba falta de susto, como si supiera que eso sucedería y no tuviera objeción alguna. Ni siquiera llegaba a ser resignación; era indiferencia. Mostró los colmillos tranquila y los clavó en una de las líneas (quizá la de la vida, quizá la del amor, quizá en alguna poco menos primordial), y la miré a los ojos.
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